
VISI NARIOS
REVISTA DE LA UNIVERSIDAD PRIVADA DE HUANCAYO “FRANKLIN ROOSEVELT“
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DISCUSIÓN:
En el presente trabajo de investigación se tuvo un total
de 22 unidades de análisis, de los cuales 45.5% fueron
de sexo masculino y 54.5% fueron de sexo femenino.
Las edades estuvieron comprendidas entre 9 y 13 años
cabe señalar que no se realizó ningún tamizaje para
abordar esta problemática.
Para los niños, los padres son quienes poseen todo el
conocimiento, el control de los recursos y la fuerza fí-
sica. Los padres son también, su fuente más importan-
te de afecto; por lo que negarles cariño o amenazarlos
tiene gran efecto y poder sobre ellos, como menciona
y golpes de los padres como una falta de amor, sin-
tiéndose impotentes y desanimados para enfrentar estas
experiencias, llegando incluso a interiorizar la imagen
desvalorizada que les es transmitida de ellos mismos.
en el que se observa que el 49.9% de los niños (as) su-
frieron maltrato físico severo y 13.6% fueron víctimas
de maltrato físico moderado. El cual es reforzado por
el trabajo de Vizcarra, M. Cortés, J. Bustos, L Alar-
cón, M. Muñoz, S. (2) quienes demostraron en 422
hogares la presencia de la violencia física leve en un
42,3% de las madres y 17,1% de los padres. El 2,6% de
las madres y 1,2% de los padres reconocieron ejercer
violencia grave contra sus hijos como golpes con pa-
los, cinturón, patadas, apretón del cuello con las manos,
paliza con el puño u objetos. Estos actos de violencia
física dejan huellas imborrables en la psiqui de los ni-
con los otros debido a que en principio, no han logrado
establecer una relación de apego seguro con sus padres;
a la vez, son niños que no cuentan con la tranquilidad
de sentirse queridos; y a modo de defensa, se quedan
en un estado narcisista que no les permite reconocer
al otro, así como ellos no fueron reconocidos. Por lo
mismo, les es difícil entender la cercanía emocional y
esperar que las demás personas se relacionen con ellos
positivamente.
De otro lado en la misma tabla podemos observar que
los niños (as) que fueron víctimas de maltrato físico
severo mostraron el 4.5% autoestima alta, 18.2% ten-
dencia autoestima alta, 13.6% tendencia a autoestima
baja y 4.5% autoestima baja. Con respecto a los que
sufrieron maltrato físico moderado mostraron 4.5%
tendencia autoestima alta, autoestima en riesgo y ten-
dencia a autoestima baja respectivamente. Según Cale-
ro(3) la Autoestima es siempre una experiencia intima,
es lo que pensamos y sentimos con respecto a nosotros
mismos, no lo que otra persona piensa con respecto a
nosotros. Al hablar de autoestima estamos hablando
de amor propio que comprende ideas y sentimientos,
acerca de sí mismo, ellos pueden ser positivos, por
ejemplo “soy linda” , “inteligente”, “aprendo de mis
errores” , “soy sociable” y mientras más positivos sean
los sentimientos que tengamos “mayor es nuestro amor
propio”. Pero también las ideas o sentimientos que te-
nemos de nosotros mismos pueden ser negativos, por
ejemplo “soy aburrido”, “nadie me quiere”, mientras
más negativos sean nuestros sentimientos menor será
nuestro amor propio. La autoestima se va construyendo
a partir de las personas que nos rodean, de las experien-
cias, vivencias y sentimientos que se producen durante
todas las etapas de la vida, siendo la más importante
para su adquisición la infancia y la adolescencia”. Las
13 años; comprendidas entre la pubertad y la adoles-
cencia, trayendo consigo una historia de maltrato físi-
co, esto viene produciéndose como una forma de vida
en las familias de estos niños(as), afectando su autoes-
tendencia a autoestima baja y 4.5% a una autoestima
baja, vulnerando sus derechos a una vida saludable e
imposibilitando el desarrollo de su autoconcepto es
decir la imagen que tienen de si mismo en lo físico,
intelectual, social, etc., afectando la formación de una
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tados encontrados se correlacionan con el trabajo rea-
lizado por Huamán M.(4) quien señala que el 24.7%
de niños víctimas de maltrato físico, presentaron una
autoestima bajo y moderado respectivamente y solo el
1.8% presento una autoestima alto.
La autoasertividad como una de las dimensiones de la
asertividad, es el grado en el que una persona se con-
cede los derechos asertivos básico, por ejemplo cuan-
do hace algo y no siente vergüenza de lo que puedan
pensar de él (ella), no se enfada si no consigue hacer
las cosas bien o cuando se equivoca y no le cuesta re-
conocerlo ante los demás, de las víctimas de maltrato
físico severo, el 40.9% presentaron una autoasertivi-
dad medio, las víctimas de maltrato físico moderado
presentaron autoasertividad 4.5% alto y 9.1% medio,
apreciándose que muchos de los derechos que les es
inherente no lo conocen por lo tanto no lo practican.
El microsistema inmediato al niño es la familia y cons-
tituye el primer eslabón en el aprendizaje de los de-
rechos empezando por el respeto a sí mismo, cuando